CAPELA DE ESPERELA, PADERNE

Adscrita a la parroquia de San Xulián de Vigo, no aparece mencionada en ningún escrito antiguo, aunque sí aparece la feligresía de Esperela en documentos medievales, como en una carta de dote del año 1037 del libro “Tumbo de Sobrado” es como una de las  peticionarias para la concesión del privilegio de fundación de la Villa de Pontedeume, por el rey Alfonso X en el 1270.


Está dedicada a Santa Mariña, santa gallega que parece ser era de Xinzo de Limia, que se tiene por curadora de los oídos.


Es un sencillo ejemplar del románico rural gallego, de una nave y ábside rectangular más bajo que la nave, cubiertas con armadura de madera a dos aguas y canecillos. Los anchos muros y la carencia de ventanas, buscan una atmósfera de misterio y recogimiento en el interior, característica del románico.



Las dos puertas son de hechura arcaica con dintel monolítico y la peculiaridad de tener arriba un arco de medio punto que parece de carácter ornamental.





La espadaña es de tipo barroco, como casi todas las iglesias del contorno.


Destacan en su cumbre dos cruces, una coronando la sacristía y otra, encima del testero de la nave, encerrada en un círculo sobre la cabeza de un animal que parece ser un toro.



En la comarca brigantina es frecuente que en las antefijas aparezcan los toros o bueyes, como en SANTA CRUZ DE MONDOI, SAN PEDRO DE PORZOMILLOS, así como en SAN XOÁN DE VILAMOUREL y en la capilla de San Cosme de Mántaras.


La iglesia está orientada con la cabecera apuntando al este, simbolizando el camino hacia salvación, pues según dice el Génesis es en el este dónde se encuentra el Paraíso. 



La pequeña aldea de Esperela, es un lugar único que aún conserva muestras de la cultura tradicional entre sus viejas casas de piedra.


Observamos una FUENTE de dos caños, construida en cantería granítica, con un frontispicio liso, flanqueado por dos pilastras que soportan un frontón triangular, rematado con una cruz lobulada. Los caños vierten el agua sobre una pía al lado de un bebedero para el ganado.



El agua canalizada es aprovechada por un lavadero cuadrado, con cubierta resuelta a cuatro aguas y cuatro grandes piezas inclinadas de cantería.


La aldea también posee un "LAGAR CENTENARIO" sin duda un escenario ideal para degustar el "viño Branco Lexítimo", como nos contó nuestra amiga internauta Ana, en su magnífico blog “BARES Y MÁS LUGARES”, y que no debéis perderos.

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