SANTA MARÍA DE VILABADE, CASTROVERDE


Dedicada a Santa María, LA CATEDRAL DE CASTROVERDE”, como se la conoce en la zona, constituye un valioso ejemplo de estilo gótico del siglo XV en Galicia, con elementos en fachada del barroco y neoclásico y una sola nave abovedada, destacando en el interior la imaginería y altar del siglo XVI; así como frescos difíciles de identificar muy deteriorados e incompletos, ya que carecen de elementos que se han perdido debido a la humedad.



Fue declarada monumento histórico-artístico de carácter nacional, el 16 de noviembre de 1979,​ en la actualidad cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural.
A su lado se encuentra el Pazo de Vilabade, edificio del siglo XIV reedificado en 1760 por los descendientes de la familia Osorio. 
Entre los dos edificios, forman un atractivo conjunto monumental, único en Galicia.
En la esquina del conjunto, existió un convento franciscano, del que queda como recuerdo solamente este templo, sucesivamente reformado y ampliado.


Se mantiene la tradición que describe que fue creado por San Francisco de Asís, concretamente en el año 1214, cuando volvía a Oviedo tras recorrer el camino primitivo a la tumba del apóstol; seguido de varios discípulos, entre ellos, su primer discípulo, Fray Bernardo de Quintavalle.
El convento originario era pequeño, e insolvente, pues siendo estos una orden mendicante, es decir, que subsistía de las donaciones de los peregrinos que recorrían la ruta primitiva, todavía escasos, lo que ayudo a su detrimento y factiblemente los frailes se reubicaron al poco tiempo, a la congregación francisca que existía en Lugo.
El hecho es que la fundación documentada de 1457, que figura como la fecha de su fundación, fue más bien una refundación del anterior del S XIII; de la que fue promotor Fernando de Castro, cónyuge de Inés Bermúdez de Montaos y hermano de, don Rodrigo Enríquez Osorio, o Rodrigo Enríquez de Castro, II de los Condes de Lemos.



Reformada posteriormente en el siglo XVIII, solo se conservan, el ábside y su arco triunfal, como testimonio de su fábrica gótica.



 Así como una inscripción existente a la entrada del actual templo parroquial, que dice: ANO DEL NASCEMENTO DEL NRO SALVADOR XPO/DE MIL E CATROCENTOS E CINCOENTA E SETE/ANOS COMENCO EL NOBLE CABALLERO DON/FERNANDO DE CASTRO ESTE MONASTERIO A/SERBICIO DE DIOS E DE LA VIRGEN SANTA/E ACABOLA …/… (Los dos  últimos renglones fueron repicados.) 



Las obras seguirán contando con el apoyo de Carlos de Castro, hijo del fundador, además de donaciones particulares.



Tras un pleito, que se plantea poco después de 1472, el cabildo de Lugo se hará con Santa María de Vilabade, concluyendo, de este modo, su vinculación con los franciscanos.
A la portada en la actualidad, la precede un noble pórtico renacentista de cinco arcos sobre pilares y escaleras de acceso en el arco central.




Con un frontón triangular, enmarcado por un marco exterior rectilíneo que descansa sobre pilastras, con acróteras flamero en los extremos,



y en el ápice, una cruz sobre la esfera de la creación, cercada por una serpiente símbolo de la tentación.




En el centro del tímpano, un escudo con el emblema de Osorio.





El corredor, se extiende a lo largo de la primera sección del lado sur de la iglesia, donde actualmente existe una puerta, quizás realizada en las reformas del siglo XVII, por donde se accede al templo.



Al lado se distingue una apertura adintelada, cegada, más antigua, que revela ser una antigua comunicación con las desaparecidas celdas de los monjes u otras dependencias monacales.


 Es de arco de medio punto y cada lado tiene esculpidas unas figuras, que pueden ser ángeles predicadores muy deterioradas. 






Traspasado el pórtico, también en el lado norte, existe otra puerta con un frontón, igualmente cegada, entre contrafuertes y ventana gótica.









El frontis tiene una puerta de acceso gótica abocinada, de tres arquivoltas, capiteles vegetales y columnas entregadas con una base alta e individual.



 Con tímpano sombreado decorado con tres rosetas, la del centro perforada.



En la portada, un tornalluvias que descansa en modillones con bustos humanos,






  
y un escudo con las roelas de los Castro.
  





Entre ménsulas con forma humana y animal, que en tiempos pasados sustentaron su cubierta.



Sobre el pórtico neoclásico se descubre un elaborado rosetón de seis lóbulos radiales, difuminado, para rematar con una fastuosa espadaña de dos vanos, que albergan las campanas y una coqueta balaustrada.







En el interior,bajo una cúpula gótica nervada con escudos de sus mecenas...




 ...se descubre un atractivo retablo de castaño, para algunos atribuido a Francisco Moure, aunque según estudios de la historiadora y  doctora en historia del arte, Doña María Dolores Vila Jato, se especifica en escritura del 7 de enero de 1759, que los señores de Vilabad, conciertan con Francisco de Lens, la hechura del retablo.


En el basamento se encuentran las puertas de acceso a la sacristía, una a cada lado, que comprenden un marco acodillado en sus refuerzos  de talla y una postal encima; elementos proyectados por los fundadores.



De este arranca el primer cuerpo de diferentes planos, acoplado en tres calles por cuatro columnas, con pilastras cajeadas.



 En las calles laterales se abren sendas hornacinas que alojan las imágenes de San José a la izquierda y San Juan Bautista a la derecha. De los sumóscapos, cuelgan grandes placas rectangulares con el remate semicircular tan característico del llamado barroco de placas compostelano.






En la calle centrar se descubren de abajo a arriba, el monumental sagrario, el camarín de la Virgen, y la imagen de Santiago Matamoros que corona el retablo, ya de gusto rococó.




En la cara central de las piastras, y en su parte superior, se decoran con cabezas de sonrientes angelotes, entre fino ramaje y venera, los angelotes, separados de la repisa de la chimenea, parecen formar un conjunto, que flanquea la cámara de la Virgen.
 Uno de ellos levanta, por encima de su cabeza, un mensaje que dice "IANVA"; el otro muestra la inscripción "COELI", alusiva al título de Puerta del Cielo, que se entrega a  María en su camarín.



Un pequeño hueco, con un borde recortado para albergar la imagen de la Virgen sedante, con el Niño en la rodilla a la derecha. Se puede acceder a este vestuario desde la sacristía, para besar la imagen que gira sobre su peana.



El segundo cuerpo lo preside la imagen de Santiago matamoros, a los laterales se hallan sendas figuras alegóricas de la Caridad y la Esperanza, identificadas por sus atributos habituales, ambas parecen emerger en su amalgama.



Remata todo el conjunto, un rococó escudo circular con marco acantiforme con una composición a María, a quien se consagra todo el retablo.



A ambos lados del altar mayor, apreciamos dos retablos, el de la derecha se refiere a La Crucifixión, en cajonera del siglo XV, de estilo gótico popular.



 El conjunto es del siglo XVII; a los pies de cristo, María y San Juan evangelista portando el libro, de igual altura, con dos columnas de estrías anilladas en el tercio inferior. De basas áticas y capiteles corintios. Es el único que  se conserva casi en su totalidad.



El de la izquierda dedicado a la Inmaculada, 



...sobre esta se  muestra la escena de La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. 



Toda la escena está inscrita en arco románico y bajo este, una sencilla pila bautismal;




...a su lado, encastrado en el suelo, una lápida como sepulcro de la familia bienhechora.



Del lado de la epístola, se dispone una capilla más actual dedicada a la Virgen de los Dolores, que la preside,







... a sus pies, San Antonio de Padua, con el Niño en sus brazos,



 Santa Bárbara con la torre,



...Santa Catarina de Alejandría con corona como símbolo de nobleza, libro, espada y cabeza decapitada a sus pies, 



...y San José, con el Niño y la vara florecida transformada en tallo de lirio, símbolo de su matrimonio virginal.



Otras piezas escultóricas exentas son: una Virgen del Carmen, Santa Lucía, y una Virgen del Rosario;  Buenas tallas todas ellas, de gran tamaño y perfecta ejecución.





De los frescos irreconocibles, particularmente me llama la atención, uno situado a la izquierda según se traspasa la puerta de entrada, que representa a un hombre alto con un tronco en el que se apoya. Podría ser San Cristóbal, patrón de los viajeros, y al que se simbolizaba en el medievo como un gigante con un listón a modo de sostén, y más elementos desaparecidos por las humedades. Su ubicación a la entrada del templo, hace que sea visible en todo momento, pues se creía que con mirarle, se libraba uno todo el día de la mala muerte, por ello se colocaba bien visible, de forma que fuese la primera imagen y la última que el creyente viese. También el hecho de ser el patrón de los caminantes, siendo esta iglesia de Vilabade parada en el camino primitivo a Compostela, le adhiere más fuerza a esta deducción.



Existen más pinturas, pero todas ellas muy maltrechas, e identificables.





En la entrada del templo, hay una vetusta pila de agua bendita muy labrada, podría ser del primitivo templo gótico.




En el exterior de la iglesia, en el lado norte, frente al camino, llega el agua, que canalizada viene de la cercana Fonte do Romeiro, situada en los campos aledaños a la ermita del Carmen.








El conjunto se enmarca con el pazo de Vilabade, hoy establecimiento turístico, pero entre los siglos XVI-XVII, Diego de Osorio, lo adquirió y reformó para uso privado, adoptando la apariencia que nuestra actualmente.



Muestra dos escudos en alusión al linaje de su fundador.




INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES


Francisco de Lens en Lugo: el retablo de la iglesia de Vilabade (Castroverde) María Dolores Vila Jato Boletín do Museo Provincial de Lugo, ISSN 0212-8438, Nº. 3, 1987, págs. 57-68


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