El caballero Fernán
Pérez de Andrade, que tenía, entre otros, los señoríos de FERROL
y de PONTEDEUME,
mandó edificar esta ermita, que está bajo la advocación de Nuestra Señora de la
Merced.
Ya estaba hecha cuando el 3 de agosto de 1393 el arzobispo compostelano
Juan García Manrique, desde Burgos,
concede al dicho señor, licencia para edificar el próximo convento franciscano
de SANTA
CATALINA DE MONTEFARO, al que cede la ermita, traspaso que aprueba el prelado
en 1396. Cinco frades de ese cenobio atenderán el culto del santuario.
Símbolo de los Andrade en el monasterio de SANTA CATALINA DE MONTEFARO |
Nosa Señora do Chanteiro o Nosa Señora da Mercé, fue edificada en la
segunda mitad del s. XIV. De estilo gótico, consta de una nave y de ábside
rectangular. La primera está dividida en tres tramos por arcos apuntados que se
contrarrestan al exterior por contrafuertes graduados; el techo es de cemento
pintado de blanco. Dichos arcos, al interior, descansan en semicolumnas de
bases sencillas y de capiteles, en general, de gusto románico.
Una saetera y una ventana de moderna
factura iluminan la capilla mayor, en cuyo
testero había una cruz
flordelisada que hoy está rota.
La fachada del templo se compone de una puerta apuntada en cuyo tímpano
se ven cuatro figuras, la Virgen sedente con el Niño, flanqueadas por dos
santos, todas ellas gastadas, sin duda, por la influencia próxima del mar.
En los años veinte de este siglo, unos soldados destruyeron las cabezas de tres de los cuatro personajes, que fueron sustituidas por otras de cemento.
La fachada la completan dos contrafuertes, una ventana circular rodeada
por un baquetón y sin tracería ninguna, y una imposta bajo la que se ven tres
ganchos pétreos. Remata el frontispicio una espadaña barroca de fines del s. XVI.
En la noche del 28 a 29 de junio de 1933 fue quemada la ermita, que se
abre de nuevo al culto, restaurada, el 11 de agosto de 1943, siendo párroco de
Cervás, Antonio Rodríguez Fráiz. En la quema desaparecieron el retablo mayor y
los dos laterales barrocos.
La ermita, solo tiene culto regular en el verano, pero en la Pascua de
Pentecostés cobra vida con la celebración del "VOTO DE CHANTEIRO". A
lo largo de la Edad Media se sucedían por toda Europa, de manera sistemática,
las epidemias. Una de las pestes afectará a la comarca ferrolana en el año
1404. Morirán una gran cantidad de personas. Semejante tragedia solo podría ser
vencida por intercesión divina. La Virgen de Chanteiro era de gran devoción
entre los pueblos marineros de la zona. Esta ermita era la que veían los
pescadores tanto al entrar como al salir de la ría y la saludaban con los remos
en alto.
A esta Virgen acudieron los representantes de los pueblos de la
comarca para implorar la desaparición de la epidemia. Esto sucedía en los días
inmediatos a la Pascua de Pentecostés.
La epidemia remitió y las gentes de la
zona decidieron realizar una ofrenda (voto) de agradecimiento a la Virgen. Esta
ofrenda consistía en seis libras de cera para iluminar la capilla (este era el
peso que resultó de medir el exterior de la ermita con mazos de vela). Así
mismo, cada vez que se renovase el Voto anualmente, le ofrecerían a la Virgen
una flor para ser colocada en sus manos: la flor de Chanteiro. Con el tiempo la
flor de Chanteiro se transformaría en una barroca canasta ornamentada de
flores. El Voto era ofrecido por Ferrol, A Graña, Ares e Mugardos. Una vez
efectuada la ofrenda religiosa comenzaba la fiesta profana y la romería
propiamente dicha. Con el tiempo la celebración profana fue teniendo cada vez
más fama. Se juntaban gentes de diversos lugares y se sucedían los escándalos y
peleas. Ferrol pidió la conmutación del Voto en 1839. A Graña dejó de ejercer
ese derecho "desde que un año se embriagaron, cayeron al mar y hubo
ahogados y con ellos cayó la imagen de San Roque que traían en procesión".
Esto sucedía en la segunda mitad del siglo XIX. Ares abandonó esta ofrenda
después de la Desamortización y fue recuperada en 1954. En cuanto a Mugardos,
las autoridades dejaron de celebrarlo durante la II República, recuperándose
después de la Guerra Civil. Los que nunca dejaron de asistir a Chanteiro, el
martes de Pentecostés, fueron las gentes de las diversas aldeas de la comarca,
que continuaron con la devoción a la Virgen milagrosa, en una tradición que ya
cumplió más de 600 años. En la actualidad el día del Voto de Chanteiro, es
fiesta local en Ares y Mugardos.
Cerca del santuario está “A FONTE DÁ VIRXEN”,
donde la tradición supone que se apareció la antigua imagen de la Señora,
traída allí por las olas del mar. Hoy es muy difícil de ver, por encontrarse
llena de maleza.
También cerca está la PLAYA DE CHANTEIRO, pequeño arenal en forma de
concha, de arena dorada y fina. Se situa en la ensenada de Ares, entre Punta do
Segaño y Punta Coitelada, en un entorno semiurbano. Tiene una distancia de 350
metros por 40 de ancho. Con oleaje moderado, ideal para la vela y los deportes
náuticos, como el buceo. Propicia la navegación, con zona de fondeo de
embarcaciones. Buena para nadar y disfrutar del agua (más bien fresquita) y del
Sol, en un contorno muy tranquilo, rodeada de pinares.
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