La tradición-leyenda cuenta que a D. Rodrigo Bermúdez de Osorio, dueño de
los cotos y lugares de San Pantaleón das Viñas y vecino de Betanzos, a finales
del siglo XV, en el camino que va de Betanzos a San Pantaleón, una luz le
señaló el lugar donde debía hallarse la imagen de la Virgen. Comenzaron los
trabajos de excavación y pronto apareció una pequeña imagen de piedra, admirablemente
tallada y en muy buen estado de conservación. Es la que está expuesta sobre una
columna de granito a la izquierda del presbiterio.
En aquel lugar, un altozano perteneciente al castro y parroquia de San
Martín de Tiobre, donde estuvo situado el enclave primitivo de Betanzos,
llamado "Betanzos el Viejo"
,...
... se levantó una pequeña capilla para honrar a Nosa Señora de Ribacavada (probablemente, así llamada, por tener que cavar en la rivera del altozano);
o Nosa Señora do Camiño, nombre oficial que consta en la placa de azulejo pegado a la fachada principal del santuario;...
... se levantó una pequeña capilla para honrar a Nosa Señora de Ribacavada (probablemente, así llamada, por tener que cavar en la rivera del altozano);
o Nosa Señora do Camiño, nombre oficial que consta en la placa de azulejo pegado a la fachada principal del santuario;...
...pero el nombre popular es el de
Nuestra Señora de los Remedios, por los
muchos milagros de remedios y curaciones de diversos males que se le atribuyen
a la intercesión de la Virgen en dicho santuario. que prevaleció por encima de
los otros dos títulos. La Virgen de los
Remedios es, por decisión de los brigantinos, protectora, vigía y guardiana de
la capital histórica Das Mariñas.
Es de observar que el santuario está situado en la confluencia de un
cruce de caminos que eran los que daban acceso a la ciudad brigantina y además
usaban siglos atrás, por un lado, los europeos del Norte que desembarcaban en
Ferrol y se detenían aquí durante su peregrinaje a la tumba del Apóstol
Santiago; por otro los peregrinos jacobeos que venían de Oviedo, atravesando
por el antiguo Camino Real (popularmente A Croa).
Iglesia de estilo renacentista del siglo XVI-XVII (1568-1601). La
construcción del edificio se atribuye a Juan de Herrera. La portada consta de
tres puertas de arco de medio punto.
En las
enjutas de los arcos, dos medallones con las imágenes de la Virgen con
el Niño y Santa Ana en altorrelieve.
Finaliza el cuerpo central un frontón con la figura de Dios Padre en
acción de bendecir, portando en la izquierda el globo terráqueo.
En los
vértices del frontón, a manera de acróteras, las figuras de San Martiño...
... y San Roque;...
... coronando el frontón
un crucifijo de buena talla.
La planta se divide en tres tramos de diferente altura: ábside, crucero y
nave. El cuerpo principal pertenece al presbiterio, cubierto por una gran bóveda
estrellada de cinco claves sobre ménsulas molduradas; en el segundo tramo dos
pequeñas bóvedas aveneradas en los
laterales.
Estas últimas nos recuerdan a la Sacristía del MONASTERIO
DE SANTA MARÍA DE SOBRADO DOS MONXES, trazada también por Juan de Herrera.
En el crucero se abren dos capillas, dedicadas a San Caetano y San Antón,
ambas cubiertas con bóveda de crucería.
Todos los que estudiaron o escribieron sobre este lugar, están de acuerdo
en que hubo otro santuario anterior a este y existen numerosas razones para
apoyar esta teoría. Una de ellas es la INSCRIPCIÓN SEPULCRAL gravada en
una losa granítica que se custodia en capilla de la epístola, leyenda escrita
en idioma galaico y en caracteres correspondientes al siglo XV, que en muy
pequeña parte pudo descifrar hace años el llorado arqueólogo Oviedo Arce. Hoy,
solamente se halla visible la cara opuesta en la que figura la referida leyenda
y donde se hubo de trazar, centurias más tarde, el epitafio de un conspícuo rector
de Tiobre, el doctor D. Gregorio González de Villar.
Llama también la atención la gran ESCALERA DE CARACOL, que está
cerrada a la altura de un metro por una puerta amplia a la derecha del
presbiterio y termina cegada por el tejado de forma irregular.
¿Era la escalera
del campanario de la primitiva ermita o la de un primer proyecto de situar el
campanario del templo actual en ese lugar y que posteriormente se desechó,
cambiando el campanario de lugar para donde está hoy día, a la derecha de la
fachada principal? La gente de la parroquia le llama «a escaleira do campanario
vello».
Cierto que el templo actual se terminó de construir según la inscripción
pintada sobre el muro de la bóveda que sostiene el arco triunfal, que aún se
lee fácilmente y que dice así: «Esta obra
se acabó á 9 de Octubre de 1601 años, siendo Rector Antonio Martínez Prol y
Mayordomo Juan Díaz Camarero».
En la calle, a unos veinte metros del santuario, también hay una FUENTE
pública con fachada de granito del mismo estilo que el santuario;...
...un bonito CRUCEIRO...
.... y el CEMENTERIO, que merece la pena fijarse en sus curiosas sepulturas.
Todo el año es muy visitado dicho santuario por los devotos de los
Remedios, pero la gran afluencia de los mismos se concentra en tres fechas
señaladas del año. La primera es el día ocho de septiembre. Esta fiesta es la
principal, la más solemne y concurrida; asisten devotos de toda la comarca
desde Ferrol, Oza de los Ríos, Paderne... y no digamos de Betanzos. Las Misas
de las ocho, nueve, diez y once son un abarrote. No hace muchos años los
devotos/as subían la calle de rodillas, casi siempre acompañados por un
familiar o amigo que les daba la mano, se apoyaban en un palo o simplemente solos/as;
lo más usual era llevar las rodillas protegidas con unas rodilleras de
fabricación casera; en algún caso raro, para expresar mayor sacrificio la
subían a piel descubierta y, claro está, se les hacían heridas sangrantes. La
segunda el veintiocho del mismo mes, es la conocida con el nombre de «LOS
ALBOROTADOS». Los devotos llegaban por la noche, no había alojamiento, era
tiempo de la vendimia y los vecinos de la calle de Los Remedios preparaban
vino, anunciado con los tradicionales laureles a las puertas de las casas, como
se acostumbra a hacer por estas tierras. Los romeros, perfumados y animados por
el vino, para espabilar el sueño, pasaban la noche alborotando, y se armaba una
algazara muy ruidosa, completada a veces por el estrépito que causaban los
toneles y barriles que los vecinos tenían puestos a secar al sol en las puertas
de sus viviendas para más tarde guardar en ellos el vino; dichos toneles y
barriles los echaban a rodar por la pendiente calle abajo. De aquí el nombre
«Alborotados». Y la tercera el día primero de noviembre, fiesta de Todos los
Santos. Es la romería más sorprendente.
Horarios de Misa: Todo el año (1/ene - 31/dic) Festivos a las 10:30
D. Rodrigo Bermúdez de Osorio, cuya vida era ejemplar en todas las
virtudes, poco común en los agitados tiempos en que vivía. La caridad, la
devoción a la Virgen, la oración y toda clase de buenas obras, eran su
principal y primera ocupación. Socorría a los pobres despojándose de sus
bienes; visitaba a los enfermos y les prodigaba palabras de consuelo y
resignación; protegía a los desvalidos; y, en suma, era un modelo de las
máximas que enseñó y practicó el divino Redentor del género humano.
Una tarde, D. Rodrigo Bermúdez de Osorio, salió de Betanzos en dirección
a sus señoríos de San Pantaleón das Viñas, con objeto de atender allí sus
asuntos que reclamaban urgentemente su presencia. La fatiga del viaje, los
recios temporales y el estado débil de su cuerpo, fueron causa de que el camino
le rindiese y al terminar su viaje y llegar a San Pantaleón, se sintiese
acometido de gran cansancio y debilidad. Echóse en cama y un profundo sueño se
apoderó de su cuerpo, abatido y molesto. Durmió tranquilamente y, cuando más
gozaba del descanso, la Santísima Virgen se dignó visitarle y aparecérsele
llamándole por su propio nombre; el buen caballero, sorprendido por tal celestial
visión, oyó de la Virgen la revelación siguiente: Grandes males afligen a la
sociedad por los pecados de los hombres, pero las oraciones de los justos
llegan hasta el trono de mi Hijo, dispuesto siempre a derramar los inmensos
tesoros de su bondad y su gracia sobre el mundo y sobre aquellos por quienes un
día arrostró el más terrible de los suplicios en lo alto del Calvario. Por eso,
para que las gentes tengan un medio más de interesar el poder y la misericordia
de mi Hijo, he querido aparecerme a ti en este día y manifestarte mi voluntad
como premio a tus virtudes y como remedio que quiero proporcionar a todos los
que me invoquen. La Virgen Santísima prosiguió en sus palabras y dijo al
caballero Rodrigo Bermúdez: En el camino que conduce desde este sitio a la
inmediata ciudad de Betanzos, te aparecerá una luz y mandarás allí mismo hacer
una excavación donde encontrarás mi imagen: te encargo que en el mismo sitio me
levantes un templo con la advocación de los Remedios. Dicho esto desapareció la
celestial visión y nuestro caballero despertó y oró; dio gracias a la Virgen,
recibió los santos sacramentos y se dispuso a dar ejecución a lo que la
Soberana Reina de los Ángeles le había encomendado.
Al día siguiente se puso en
camino, acompañado de porción de personas y gentes, para dar principio a las
excavaciones: al llegar frente a Betanzos y en lo alto del camino vio una luz
que le señalaba el lugar donde debía encontrarse la sagrada imagen; paráronse,
adoraron a la Virgen y luego comenzaron los trabajos. Al poco tiempo aparece
una pequeña imagen de piedra admirablemente tallada y en muy buen estado de
conservación, la cual, por las señales que se encontraron y por haber
desaparecido la misteriosa luz, fue reconocida y adorada como la verdadera
imagen de Nuestra Señora de los Remedios. La noticia del descubrimiento llegó
inmediatamente a Betanzos y se extendió con rapidez por todos los pueblos y
caseríos de la comarca, siendo numeroso el gentío que acudió a visitar la nueva
imagen y enterarse del portentoso suceso que acababa de tener lugar. Edificose
provisionalmente una pequeña capilla donde se depositó la imagen; se celebraron
solemnes cultos de acción de gracias por el favor que la Santísima Virgen
acababa de dispensar a este pueblo y, desde entonces, empezó esa serie de
milagros, que sería casi imposible enumerar, hechos por Nuestra Señora de los
Remedios.
La casa de los señores de Misericordia se encargó de costear las obras
del templo, pero mucho antes de terminarse, falleció D. Rodrigo Bermúdez y por
consecuencia de esto hubieron de sufrir algún retraso, continuándose, sin
embargo, con algunos fondos que fue facilitando la casa y con las limosnas y
oblaciones que los fieles depositaban en el santuario. La guerra de las
Hermandades en Galicia había terminado, Betanzos se vio libre de las acometidas
de los condes de Andrade, entrando en una era de prosperidad y ventura, merced
a la cual, pudo atender con desahogo todas las necesidades de entonces. Estando
interesado el pueblo en la pronta terminación de las obras del Santuario, la
Municipalidad las tomó a su cargo y dio fin al templo que en la actualidad
existe.
Después de esta completa visita, podemos reponer fuerzas siguiendo alguna
de las propuestas que nos ofrece nuestro blog amigo Bares y
más Lugares. En este caso nos acercan a una de las muchas bodegas
que cuelgan los ramallos de laurel en sus puertas, para anunciar la venta del
excedente del vino de producción propia.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES
VISITA OTROS
SORPRENDENTES LUGARES DEL AYUNTAMIENTO DE BETANZOS EN ESTE ENLACE, CON UN MAPA PARA LLEGAR A CADA UNO DE ELLOS.
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