GALICIA PUEBLO A PUEBLO: IGLESIA DE SAN FRUCTUOSO, SANTIAGO DE COMPOSTELA

El templo es también conocido para los compostelanos como: La iglesia de "Las Angustias de Abaixo", pero todavía más, por la denominación de "Iglesia de las 4 Sotas" .

Su localización es muy próxima a la Plaza del Obradoiro, justo tras el Palacio de Raxoi. Su construcción data del siglo XVIII y su estilo es el tan típico barroco compostelano de la época, siguiendo el modelo "churrigueresco", sobre un proyecto inicial de Lucas Ferro Caaveiro, principal arquitecto compostelano del momento.

Las "Cuatro Sotas", son la representación de las Virtudes Cardinales que rodean el campanario: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza; y encuadrándolo entre decoración de multitud de pináculos de tradición compostelana y volutas. Estas esculturas son obra de Gregorio Fernández y Francisco de Lens.

Pero, lo que muy poca gente conoce, es la escalofriante imagen de una calavera, y su inquietante mensaje. Se encuentra en el muro sur de la capilla, a unos 3 metros y medio de altura y dice:

"Ut video vidi. Sicut me videtis videtis. "
"Como te ves, yo me vi. Como me ves, tú también te verás".

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La actual parroquia de San Fructuoso, que en su fundación estaba localizada en la propia catedral, forma parte de la capilla de las Angustias, de ahí el nombre por el que es también conocida, que levanta el Hospital Real al lado de su cementerio, (de ahí la alusión de la calavera), gracias a las limosnas de los compostelanos y, sobre todo, a la aportación devota y agradecida de un peregrino granadino que fue curado de una grave enfermedad en dicho Hospital.

En cuanto a la iconografía de la fachada, en esta se desarrolla un programa dictado por la presencia de la muerte y la vida futura como corresponde a un edificio que, no se olvide, nace como capilla de un cementerio. Así, en la hornacina principal, se representa el tema de la Piedad o Quinta Angustia, a la que precisamente estaba dedicada el templo. En cuanto a la escultura de la Piedad que preside el retablo, no se tiene documentación. Aunque desde estudios de Manuel Murguía, se viene atribuyendo a Antonio Fernández “el viejo”.

A ambos lados de la hornacina se disponen dos medallones con sendas representaciones de un alma del purgatorio, las cuales, posiblemente, incidan en la devoción piadosa del alma sola, mientras que el conjunto se corona con las cuatro Virtudes Cardinales, cuya práctica es el mejor camino para alcanzar la salvación.

Por último, el gran escudo de España que completa la ornamentación de la calle principal, manifiesta al principal propietario y promotor de la capilla, la Corona, puesto que, como hemos referido, estamos ante una dependencia del Hospital Real.