GALICIA PUEBLO A PUEBLO: “O CASTELO”, MELIDE

“O CASTELO”, MELIDE

En pleno Camino de Santiago, ya en los límites del casco urbano de Melide, podemos acercarnos, siguiendo la prolongación de la Calle Principal o Rúa de San Pedro, antiguo eje del Melide medieval, a una colina llena de historia y leyendas. Esa elevación se conoce como “O CASTELO”.

En este otero, a 467 metros de altura sobre o nivel del mar, existió un castro de la Edad de Hierro donde se encontraron numerosos restos arqueológicos. El CASTRO DO CASTELO, que se mantuvo habitado incluso en época romana, tiene forma ovalada, con unas medidas aproximadas de 110 metros de Este-Oeste por unos 55 metros de Norte a Sur, contando con una superficie total de poco más de 5.000 metros cuadrados. Este castro está prácticamente arrasado debido las muchas acciones que se hicieron en él durante la historia.

Sobre él se construye en la Edad Media el CASTELO DE MELIDE, del que solo queda el topónimo. Fue a principios del 1200, cuando Melide cambia de lugar, convirtiéndose en una de las principales fortalezas de la Mitra Compostelana

La fortaleza de Melide, como otras del territorio gallego, desapareció en el siglo XV. Primero fue derrocada por la Revuelta Irmandiña (1466-1469), que decidieron ponerse en contra del arzobispo Alonso de Fonseca y de Sancho Sánchez de Ulloa, y después, permaneció derribada por la eficiente labor de los delegados de los Reyes Católicos en Galicia, que impidieron su reconstrucción. Sus piedras, una vez sofocada la revuelta, se aprovecharon para la construcción del CONVENTO DE SANCTI SPIRITUS situado en la principal plaza de la Villa de Melide.

CONVENTO DE SANCTI SPIRITUS

Sería en 1741 cuando se yergue en esta cima la CAPELA DO CARME, construida por Blas Núñez de Segade, capellán de la Obra Pía de San Antón, con la ayuda de todos los melidenses. El templo representa un característico ejemplo de arquitectura Barroca de estilo Compostelano, planta rectangular, con arco triunfal de medio punto.

La fachada tiene una portada adintelada que remata en frontón triangular partido.

En el centro de éste hay una hornacina, flanqueada por pilastras, que contiene la imagen de la Virgen del Carmen con el Niño Jesús y la de San Simón de rodillas.

También es de destacar la espadaña, de diseño compostelano y tipología carmelita, que presenta dos troneras para las campanas, finalizada por pináculos.

En su interior sobresale el retablo realizado en 1755. En el camarín central, más saliente que los laterales está la hermosísima imagen de la Virgen del Carmen, de finales del siglo XVIII, atribuida al taller compostelano de Gambino Ferreiro o discípulos, flanqueada por las estatuas de San Ramón Nonato y San José, ambas también de finales del siglo XVIII.

Foto de: http://turismomelide.com/index.php/es/descubre-melide/que-ver-en-melide/o-castelo

El día propio de la festividad de la Virgen del Carme, el día 16 de julio, se vive con una grande emoción y devoción a la santa, que cuenta con una numerosa cofradía, construida por el propio Blas Núñez de Segade en el siglo XVIII. La capilla se convierte en un auténtico lugar de peregrinación para los melidenses, algunas de las cuales participan descalzas en la honra de la Virgen.

Horario de culto: Domingos a las 17:30 h.

A un lado de la Capilla, hoy podemos ver la FUENTE trasladada en la década de los 80 desde la Plaza del Convento, donde había sido instalada en el año 1889 durante el mandato del alcalde Don Antonio Ron Varela, quien promueve la instalación de dos fuentes públicas, esta y la del Pilón, por la falta de este servicio público en el centro de la población. Esta última se cree que procede de uno de los claustros del MONASTERIO DE SOBRADO DOS MONXES.

De esta fuente, hoy incompleta, se conserva el pilar central y la pila de recogida de agua. En origen contaba al mismo tiempo con un altar de piedra adosado en la parte trasera; cuatro peones de piedra en los extremos, para posar las sellas y sobre el pilar central se erguía una cruz de madera de gran tamaño, conmemorativa de las misiones pastorales (hoy aún existe el hueco cuadrado en el que estaba encajada).

En la parte trasera del templo, asomando a los tejados de las casas de la Villa, se alza el CRUCEIRO DO CASTELO o DO CARME, uno de los dos que se conservan actualmente en Melide (el de SAN ROQUE, está considerado como el más antiguo de Galicia), está erguido sobre un afloramiento rocoso.

Fue levantado en el año 1897 para las ofrendas y rogativas a la Virgen del Carme. Se corresponde con un cruciero muy estilizado, carente de figuración pero con un diseño bien cuidado, por lo que en conjunto se traduce en un elemento muy equilibrado y armónico.

Desde aquí, hoy en día, podemos disfrutar de una espectacular panorámica de la Villa de Melide franqueada por los montes Bocelo, Faro y Farelo.

En el lado contrario al cruceiro se encuentra el CAMPOSANTO.

Las LEYENDAS cuenta que la colina está minada en su interior por misteriosos túneles y pasadizos, a los que se le atribuía una finalidad de vía de evacuación de los habitantes del castillo, en el caso de ser sitiados. Los vecinos comentan que existen estos conductos con salida a distintos puntos. Incluso Florentino López Cuevillas, en “Terra de Melide” (1933), cuando se refiere al folclore del castillo, hace mención a estos pasadizos de la siguiente manera: “En el Castro hay subterráneos y hay también tres vigas, una de oro, otra de plata y otra de alquitrán. Si el buscador de tesoros encuentra esta última viga, el fuego que se arma lo destruye todo”. Este folclore que recoge Cuevillas, tiene más vinculación con el antiguo castro que con el Castillo. Algunos vecinos también se han referido a estos pasajes, hasta ahora no encontrados, como viejas minas para la captación y conducción de aguas. Incluso hay quien dice que en las casas que están adosadas a la ladera de la colina, hay conductos o bocas de túnel, actualmente tapiadas por los muros traseros de estas viviendas en la rúa do Castelo. Lo cierto es que no se tiene documentado o autenticado su existencia hasta ahora.