El entorno religioso de Santo Hadrián en el Monte de Beo surgió sobre un
espacio sagrado precristiano, ya que, según manifiesta Antón Rodríguez Casal en
la Carta arqueológica del partido judicial de Carballo de Bergantiños, aquí se
encontraron los restos arqueológicos del castro conocido como BICO DO CASTRO:
«sobre una cresta, cuyas laderas llegan al mar, en lo más occidental del CABO
DE SAN ADRIÁN - al que se conoce también con el nombre de Monte del
Castro, parroquia de San Xiao de Malpica».
En este punto, el más septentrional de Bergantiños, se levantó la ERMITA
DE SAN ADRIÁN O SANTO HADRIÁN DO MAR, en honor a este santo.
La ermita, humilde y alargada, cuenta con un altar exterior apegado en el
oeste y está rodeada por una cerca de hormigón y piedra.
La primitiva construcción databa del XVI. Un siglo más tarde, Jerónimo de
él Hoyo, en las Memorias de él Arzobispado de Santiago de Compostela, hablan
aún de su existencia: «... otra de Santo Adrián en la parte de la tierra». La actual, blanca y con techo en teja del país, que la dejan ver desde el
mar, es una construcción de principios del XX y en la que hay que destacar la
espadaña.
En la imaginería destaca una imagen de Santo Hadrián, «bella talla del
siglo XVII, cargada de ingenuidad e impresionando cómo producto del arte
popular», según nos comenta Juan José Cebrián Franco en el volumen Santuarios
de Galicia, que aquella se guarda en la parroquia durante todo el año y que tan
sólo sube a la ermita el día de la romería.
Una CRUZ DE PIEDRA, exenta de decoración, se yergue a medio camino
de la ermita y las islas Sisargas. Su presencia se hace constante arriba del
pedestal de escaleras, como una parte más del paisaje que domina el cabo. Es
agradable la mirada a través de sus brazos, de cómo el promontorio de Santo
Hadrián se intenta acercar hasta a más próxima de las Sisargas, la Chica, en un
esfuerzo en vano.
Detrás de la ermita encontramos un MIRADOR con unas excepcionales
vistas de la VILLA DE MALPICA; y las hermosas ISLAS SISARGAS.
No dejes de acercarte a la FUENTE DE SAN ADRIÁN, de limpias aguas
y, según la tradición, milagrosas, ya que tiene poderes curativos para limpiar
la piel de verrugas de aquellos romeros que, además de fe en el santo, dejen a
secar en la fuente el paño blanco con el que enjuagaron sus verrugas y heridas.
Este es un lugar con LEYENDAS, pues se dice que, hace muchos años
esta tierra estaba asolada por una plaga de serpientes. Los habitantes, que no
sabían que hacer para deshacerse de ellas, pidieron auxilio a San Adrián. Éste,
pisó a una de ellas haciendo que las serpientes se petrificaran o se tiraran al
mar, desapareciendo así la plaga. Para testimoniar la leyenda, en los “CANTÍS
DO PORTIÑO”, cuando baja la marea, se pueden ver la pisada del santo, la
taza donde tomaba la sopa y una veta amarilla que sobresale entre el color más
oscuro de la piedra circundante. La veta se enrosca de manera que sugiere
exactamente la forma de una serpiente. Esta leyenda mitológica puede estar
relacionada con la cristianización de lugares de culto paganos, materializando
en una serpiente las creencias paganas y personificando en el santo el poder de
la cristianización. Otra que para nada nos habla de serpientes y sí de tesoros enterrados:
««en la caída do Bico (Castro do Bico) hay enterrados juntos un cacharro de oro
y otro de azufre. Pusieron los dos juntos porque si estalla el de azufre,
seguro que envenena a quien lo rompa».
En el cabo, al lado de la ermita, está el CAMPO DE LA FIESTA. Aquí
tiene lugar una romería gallega con todos los ingredientes necesarios: banda de
música, gaiteros, comida campestre –con las primeras sardinas de la temporada-,
ofrecimiento y exvotos de los romeros y, sobre todo, mucha alegría. A caballo entre la primavera y el verano aquí
se celebra una de las romerías más concurridas de toda la Costa da Morte con la
que honra a San Adrián, declarada Fiesta de Interés Turístico de Galicia.
El 16 de junio o el domingo más próximo a esa fecha, miles de personas
acuden a la peregrinación que los lleva a esta hermosa ermita. Hasta allí llega
la imagen del santo desde la iglesia parroquial de Malpica de Bergantiños a
hombros de los romeros, que cubren a pie el trayecto que hay desde el centro
del pueblo hasta la blanca ermita de San Adrián donde, desde primera hora, se
celebran oficios religiosos. También se celebra la llamada “subasta de los
gallos”, donde se subastan públicamente varios gallos donados por algún devoto
de San Adrián y cuya recaudación sirve para contribuir a sufragar los ritos en
la honra del santo. Al atardecer, los
romeros inician el camino de vuelta hacia el pueblo, acompañando la imagen del
Santo hasta la iglesia parroquial, donde permanecerá hasta el año siguiente.
Cantigas
Eu fun a Santo Hadrián
para ver a romaría
nonvin cousa tan bonita
¡moitos romeiros había!"
Meu Santo San Hadrián
que estás no monte de Beo,
librarás o meu irmán
que é do primeiro sorteo.
que estás no monte de Beo,
librarás o meu irmán
que é do primeiro sorteo.
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